A la creación se llega desde el trabajo constante. La creación viene en determinados momentos en que los estados mental y espiritual son proclives a ello.
Ese es un momento mágico que se nota porque tú pierdes el control de ti mismo, y sientes que algo o alguien tira de ti y te impulsa a continuar. No es un momento racional. Hay una parte de tu cerebro que en ese momento trabaja de otra forma.
Suele ser muy gratificante, al menos en la pintura, que sí conozco, la creación artística. Espero sentir así al abordar la escritura sistemática.
La satisfacción que esta tarea conlleva es independiente de la, posible o no y futura, transmisión del conocimiento.
Como pintor todavía no he “colgado” en una exposición individual. Así, tampoco espero publicar lo escrito.
Imagino que alguna persona cercana acabará leyendo parte de lo que escriba, lo que no me importa, pues será bienvenida alguna crítica, siempre que sea cariñosa.
Espero también no caer en ninguno de los estereotipos que acechan. Procuraré no ser petulante y redactar de forma simple, así como transmitir mis pensamientos con brevedad.
Sin embargo, de la forma que quiero abordar este trabajo resultará un “batiburrillo” de temas desordenados para los que tendré que buscar un hilo conductor.
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