el horizonte en las marinas en acuarela

En las marinas, pintar el horizonte de forma rectilínea es casi una obligación.

Se trata del único paisaje donde es fundamental mantenerlo lo más recto posible y por supuesto horizontal.


Existen, al menos, dos procedimientos, además del uso de una regla, para trazar rectas en acuarela.





Uno de ellos es mediante el uso de cinta de enmascarar o de carrocero, que se pega al papel cuando éste está seco.





El otro procedimiento se puede usar el el trabajo en húmedo y consiste en absorber color húmedo con una tira de papel de celulosa, provocando un corte de forma intencionada lo más recto posible.


Montval 300g. pintado por el reverso 48x36cm.


la aguada inicial en acuarela


La aguada inicial en acuarela tiene, al menos, un doble sentido. 

Permite en primer lugar eliminar la capa de apresto o cola que algunos fabricantes de papel le añaden en su superficie para proporcionarle un acabado final que le proteja durante el tiempo que transcurra hasta su utilización.


1) aguada realizada con amarillo de Nápoles

Sirve para que al humedecer el papel, éste ceda, dando de sí, permitiendo fijarse al tablero soporte, para una vez fijado, al secarse y perder volumen quede  perfectamente estirado.

En segundo lugar, si al pincel, una vez humedecido, le añadimos un color, podremos homogeneizar la superficie del papel, tanto en el encolado inicial, como en un tono general de color, ya sea cálido o frío.






2) encima traajo con los colores deseados.

Una tercera utilidad tiene esta aguada inicial cuando usamos grandes formatos en hojas sueltas:

Dado que el papel tiene tendencia a "dar de sí" cuando se moja, es una maniobra necesaria para fijarlo posteriormente a una superficie de trabajo, que posteriormente, esperando su secado parcial, queda perfectamente estirado y listo para ser trabajado.




Personalmente, solo estiro el papel humedeciéndolo previamente cuando trabajo en formatos de 70x50 cm. o superiores, siempre que sean hojas sueltas.

En el resto de los casos casi siempre humedezco con un color de base después de haber sujetado el papel con cinta de carrocero.


 
3) finalmente homogeneizo colores nuevamente y rescato blancos.






 

formas de trabajo en acuarela



La acuarela es una técnica pictórica que usa el agua como medio de plasmar el color sobre el soporte.

El agua debe estar presente por lo tanto en el color. Éste debe estar lo suficientemente pastoso como para poder ser utilizado en esta técnica húmeda.

Controlar la cantidad de agua en contacto con el color es fundamental para conseguir un resultado satisfactorio.

El ejercicio que presento a continuación es útil para saber cómo trabajar en función del efecto que se desea conseguir. 


Consiste en usar más agua además de la usada para humedecer el color, en el soporte papel y en el pincel, cargándole agua a éste y no dejándolo solamente húmedo.

Estas dos acciones se podrán realizar simultánea o individualizadamente.


La primera imagen representa el efecto denominado "seco sobre seco": el pincel humedecido y muy escurrido se carga de pintura pastosa y se aplica sobre el papel seco.

Se puede observar la dirección de las pinceladas:

La figura de la izquierda se ha realizado trazando una primera de arriba a abajo y se le ha superpuesto otra de izquierda a derecha;

La figura de la derecha se ha conseguido superponiendo varias capas de arriba a abajo.

Hay que notar que la pincelada está totalmente controlada y claramente se corresponde con el "efecto frotis" de las técnicas al óleo o acrílico.

Se utiliza para dar texturas, aprovechando el tamaño de grano del papel, al final de la realización del trabajo, ya que si se realiza al principio, cada vez que se aplique agua encima para continuar pintando, se perderá ese efecto frotis.


La segunda imagen se corresponde con el trabajo opuesto, conocido como "húmedo sobre húmedo", en el que, manteniendo las mismas dirección y superposición de pinceladas, el color fluye y se "desparrama" por el papel, que no solo tiene su propia agua sino que absorbe la correspondiente al pincel mezclada con el color.

Resalta cómo la pincelada no ha sido controlada, consiguiéndose un efecto de libertad, soltura o frescura.

Se utiliza para trabajar cielos con efectos atmosféricos, para dar sensación de movimiento o para desdibujar contornos en segundos planos y lejanía.

En esta ocasión hay que ser muy cuidadoso y procurar cargar con todo el color de una vez, ya que de lo contrario aportaremos un exceso de agua en aplicaciones posteriores, con resultado deplorable, pues este color terminará muy ténue y agrisado si hemos partido de mezclar varios.


La aplicación "húmedo sobre seco" persigue teñidos del papel de forma uniforme.

Para que no quede una aplicación plana se debe aprender a realizar degradados, mediante la combinación de esta forma de aplicación con la de húmedo sobre húmedo.

Se puede observar que en este caso ha aparecido un corte en la figura de la izquierda, cuya causa ha sido la acumulación de carga pictórica al final de la pincelada y antes de levantar el pincel.

Si se acumula en exceso terminará provocando los tan temidos cortes tipo coliflores.

Trabajar esta forma de aplicación con soltura sirve para dar aguadas de tono general como inicio de nuestros trabajos, pero, eso sí, con menos carga de color que la aquí representada.


El trabajo en "seco sobre húmedo" es quizás el que debemos usar más comúnmente, pues se parte del papel humedecido, después de haberlo mojado para su estirado y fijación, haberle dado una aguada inicial con color para proporcionar un tono general de color o un lavado para retirar parcialmente el apresto.

Resulta interesante el control que se puede conseguir con las pinceladas, pues permite el degradado por simple variación de presión del pincel sobre el papel, además de poderse aplicar colores de forma superpuesta para que éstos se fundan parcialmente, consiguiéndose  mezclas vibrantes más atractivas que si se realizan en la paleta.

La superposición de colores debe realizarse con conocimiento, sabiendo qué colores pueden colocarse unos encima de otros, puesto que el resultado no siempre es el mismo.




¡ al abordaje ...!

Una de las acciones que más placer me produce cuando pinto acuarelas, después de tomar color de un godet supergigante con un pincel grande, es la primera mano, o sea, la primera aplicación de color sobre un papel inmaculado.

En este momento entro sin titubear, y sin pensarlo dos veces.

Ahora sí esta decisión debe ser reflexiva ya que es fundamental la reserva de blancos desde el momento inicial.

Unas veces lo haremos dando una aguada generalizada para dar homogeneidad de color a la acuarela, como si estuviésemos trabajando en un papel coloreado, reservando blancos como siempre, y otras veces empezaremos trabajando los cielos con todos sus fenómenos lumínicos y atmosféricos.

Estas aguadas generales serán trabajadas con el pincel petit gris o con el hake o una paletina de dos o dos pulgadas y media, y una vez realizadas no deben ser muy "manoseadas" hasta tanto no estén razonablemente secas.

Es decir, que no debemos insistir, insistir e insistir sobre la aplicación de color.




En el caso que nos ocupa, quierpo representar una imagen que tomé fotográficamente de la bahía de Siracusa y que ya he representado en un boceto realizado con motivo de un trabajo con acuarelas líquidas




Con un pincel sintético, grueso del nº 20 y de punta fina puedo realizar trabajos de aguada, como es el caso, amén de poder perfilar detalles concretos., por lo que lo he elegido antes que el petit gris o el hake.

Aplicando una aguada de color levemente cálido y esperando su secado posterior, se consigue dar uniformidad a la tonalidad posterior de la acuarela.

Así reservando algunos blancos, éstos lo parecerán más al final del ejercicio.




Se puede percibir cómo el papel se ha ondulado como consecuencia del exceso de agua aplicado.

Esto, que puede parecer un inconveniente (ver la actualización sobre tensado del papel) lo intentaré aprovechar en mi trabajo posterior.

El color que he puesto es el amarillo de Nápoles, que si bien es muy poco traslúcido, sirve para este cometido. A falta de este color, que yo tan solo uso para este fin, se puede aplicar siena tostado o incluso ocre amarillo.

Observo que, esperando un tiempo, su secado parcial  provoca la desaparición parcial del ondulado producido anteriormente por la humedad.




Tengo, pues, ya preparado el soporte para el "segundo abordaje", o sea, la realización de un cielo muy nuboso.

Para ello, aprovecharé el color cálido del amarillo de Nápoles para pintar nubes brillantes.

En otra actualización posterior explicaré cómo se representan las nubes aprovechando este tono cálido que he puesto en la hoja de papel.

iluminación lateral con sombras cromáticas en acuarela paso a paso


Este acuarela corresponde al segundo ejercicio que sobre la iluminación en el paisaje urbano comencé en la actualización denominada "el contraluz en acuarela paso a paso".

Sin embargo, en esta ocasión he buscado una iluminación casi vertical, de izquierda a derecha.


Montval 300g grano fino 100% celulosa 32x24cm

Montval 300g grano fino 100% celulosa 32x24cm


El día parece muy luminoso, por lo que las sombras no son muy oscuras. Para reforzar esa luminosidad he elgido colores complementarios en las fachadas en sombra, respecto a los colores que representan las fachadas iluminadas.

Bien es verdad que podría seguir definiendo detalles y perfeccionando la arquitectura, pero lo dejo así de indefinido porque lo que me interesa resaltar es el contraste cromático aplicado.

Montval 300g grano fino 100% celulosa 32x24cm

Como no me ha convencido el trabajo realizado, he pintado de nuevo encima, sin lavar el papel. Por tratarse de un papel 100% celulosa, tiene un "repentir" bueno, admitiendo lavados o como en este caso superposiciones.

El resultado ahora está más contrastado, al realizarse con una gama más cálida, si cabe, siendo más cálidas también las sombras.

Y es que trabajar con el color violeta en sombras es, cuando menos, complicado.

Por eso lo he sustituido por un color sepia.


Montval 300g grano fino 100% celulosa 32x24cm
 
He vuelto a repetir el trabajo desde el principio a fin de observar las diferencias. 

Esta segunda acuarela resulta como más limpia, ya que los colores más oscuros están el el agua y no en las fachadas en sombras.





la cinta de enmascarar o de carrocero

Uso la cinta de enmascarar porque tiene un pegamento no muy fuerte que permite despegarse del papel sin dañarlo, siempre y cuando se despegue con un poco de cuidado.

La pego parcialmente al papel de acuarela donde voy a trabajar y la parte que sobresale queda pegada simultáneamente a la superficie de soporte del papel.



Cuando, terminada la acuarela, retiro la cinta para recuperarla , queda perfilada con un margen blanco que ha quedado protegido de la acción de pintarla.

Curiosamente este borde blanco realza la obra terminada de tal forma que a veces no he tenido que enmarcar con paspartú.

Así pues en este caso es doble el uso que le doy a la cinta de enmascarar:

Primero como fijación del papel a su base de soporte.

Segundo como reserva de blancos del borde exterior.

Se puede observar que no he tensado el papel porque se aprecian ciertas ondulaciones.

Ya hablaré en otra actualización sobre diversa formas de tensar y mantener tensado el papel de acuarela.
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