el cielo en acuarela




Canson MixMedia 300g 100% celulosa 30x21cm
Vivo en una ciudad que se caracteriza por su luz y por qué no decirlo, por su calor estival.

Sus cielos estám límpidos la mayor parte del año, sobre todo en verano y con frecuencia en otoño y en primavera.

El aparato nuboso por tanto es escaso y, si no lo fuera, pintar mi ciudad en días nublados y oscuros es cuando menos algo chocante, por lo tanto no estoy muy acostumbrado a usar el cielo como objeto principal de mi composición.

Y esta es la clave principal cuando se pintan cielos, decidir si va a ser el objeto principal de nuestra composición o por el contrario nos deberemos fijar en algún objeto paisajístico antes que en la bóveda celeste.

Bajo la técnica de la acuarela debemos aplicar color sin pasar y repasar en exceso la zona donde lo aplicamos ya que su agrisamiento por efecto de la mezcla es más rápido que en cualquier otra técnica.

Se podría reconocer a un  acuarelista más o menos inexperto solo por la forma en que desarrolla una escena con cielo.

El ejercicio que propongo en esta primera actualización celeste es por tanto el trabajo paso a paso de un cielo simple "monocolor" sin aparato nuboso.

Sobre papel de acuarela soltaremos agua y con el papel humedecido aplicaremos un azul con cierta intensidad.

En este caso la dirección de la pincelada es importante: ha de ser horizontal.

Al final de este paso la zona pintada debe quedar uniforme de intensidad de color y homogénea ya que hemos aplicado un solo color.



Sin dejar que se seque tendremos que conseguir un degradado para conseguir que en el horizonte resulte más claro , es decir, con menos color por lo que el blanco del papel deberá "respirar" más.

La forma más fácil de conseguir este degradado, como estamos trabajando sobre una superficie algo inclinada, consiste en invertir la hoja de papel, inclinar un poco más la superficie de trabajo y dejar que el color "resbale" hacia abajo, o sea, sobre la zona superior de la composición.

Una vez realizado este paso deberemos olvidarnos de esta zona y procurar no tocarla más.



Las dotes de observación son aquí importantes ya que el cielo ni es de color uniforme, su claridad varía según la zona, ni por supuesto es azul celeste monocolor, sino matizado, según la incidencia de los rayos solares.

Una aproximación a un paisaje imaginario puede realizarse a partir de este cielo en la imagen que encabeza esta actualización.

4 comentarios:

  1. Buena entrada Emilio. Yo soy un enamorado de las acuarelas de Rafael Requena precisamente por la forma tan extraordinaria que tenía de resolver los cielos, parte muy importante de muchas de sus obras. Lo has explicado perfectamente.
    Un abrazo.

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  2. Gracias Kubi por tus ánimos. Seguiré trabajando en el blog, tu comentario me da fuerzas.
    Saludos.

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  3. Pintas muy bien y te gusta compartir, eres un ejemplo a seguir, gracias por ser así. : )

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  4. Me ha gustado mucho tu blog. Gracias por compartir tus trabajos y tu buen hacer.
    Ignacio.

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