La contestación inmediata de un colega: ¡una o ninguna!.
Esta contestación categórica se replica inmediatamente: depende.
Y eso es lo que explico a continuación:
Salvo en los concursos de pintura al aire aire libre, que no tienes más remedio que entregar el resultado final antes del tiempo establecido para su desarrollo, me gusta dejar reposar la acuarela y dedicarle una segunda sesión en el estudio.
Varios son los motivos que me impulsan a ello.
Por un lado, me cuesta mantener la atención más de hora y cuarto u hora y media por sesión, por lo que al perder la concentración puedo "machacar" la acuarela, empastándola o agrisándola.
Por otra parte, como trabajo normalmente en húmedo, al no descansar, fundo unas capas con las anteriores no consiguiendo veladuras, aspecto muy agradecido en el resultado final.
Además dejando secar finalmente la acuarela, se pueden conseguir filos y aumentar contrastes trabajando en seco sobre seco en un repaso final.
Así que para mi forma de trabajar, son dos sesiones y media las que dedico a un trabajo completo en esta técnica de acuarela.
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