Para este supuesto he elegido un papel que, si bien no es específico para acuarela, me va a permitir reforzar el ejemplo de esta actualización.
Su peculiar color "beige" le da un tono cálido a cualquier trabajo que sobre él se plantee.
Como consecuencia a esta elección, para conseguir el blanco absoluto será necesario aplicar color, lo que no conculca el trabajo en acuarela.
El trabajo en húmedo, con aguadas, en este papel es casi incontrolable, pero de una gran frescura, resultando una acuarela "suelta".
El agua fluye con "frenesí" sobre este papel, por lo que he obviado un dibujo previo con lápiz.
Con un pincel con depósito para agua he planteado las primeras aplicaciones de color, un violáceo ténue que me permite "fijar" las sombras", caso de pintar al aire libre (así no se nos escapan).
Esta costumbre es buena aunque no pintemos al aire libre.
Fijadas las sombras, tomo un lápiz y contorneo las zonas que voy a "blanquear" de luz con posterioridad, ya que el papel es de color beige (hasta el momento no he dibujado nada con lápiz a fin de buscar un resultado "fresco").
Y ahora, con un pincel húmedo voy humedeciendo zonas aplicando color de acuarela, lateralmente en estas zonas y verticalmente, para que el color fluya por la zona mojada y defina los huecos de balcones, puertas y escaparates.
Hay que tener en cuenta que al ser beige el fondo debemos tener cuidado con la gama azul que utilicemos, pues tenderán a virar hacia el verde.
Recomiendo pues utilizar fundamentalmente la gama de colores de ocres sienas y sombras, así como algo la gama cálida y esporádicamente la fría.
Definiendo, pero no mucho, los elementos arquitéctónicos que componen los edificios logramos un paisaje urbano adecuado para albergar los elementos indispensables, en mi opinión, en todo paisaje urbano: las personas.
Todo paisaje urbano es "artificial", construido por la mano del hombre para su uso, así que hay que animarlo.
Animado el paisaje pondremos algunas luces blancas, ya que como hemos advertido el papel es de color beige.
Posteriormente valoraremos convenientemente la bóveda celeste y las sombras de los toldos.
De esta manera podremos dar por concluída nuestra acuarela "suelta" en la que no hemos dibujado nada con lápiz y hemos trabajado fundamentalmente en húmedo sobre húmedo.
Hola Emilio (tocayo):
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog y te felicito por él.
Te animo a seguir enseñandonos cosas a los autodidadctas como yo.
A partir de ahora me tendrás por aquí comentando cosas.
Saludos desde Sevilla.
Muy buena acuarela, Emilio. Excelente explicación. ( me encanta que el agua fluya con frenesí, aunque sea casi imposible controlarla).
ResponderEliminarenhorabuena !!
un abrazo
Gracias tocayo por tu comentario. En el blog que administro de Acuarela Sevilla podrás ver las citas que tenemos para pintar en grupo. Casi todos somos autodidactas y compartimos nuestros aprendizajes. Te animo a que vengas algún martes por la tarde.
ResponderEliminarY a tí Susana te agradezco tu fidelidad como seguidora. Me proporcionas templanza en el mantenimiento de las actualizaciones.
Saludos a ambos.
Muchas gracias por la lección. Soy también autodidacta, como Emilio, y me encanta aprender de vosotros, los expertos acuarelistas. Un saludo y enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias por la lección. Soy también autodidacta, como Emilio, y me encanta aprender de vosotros, los expertos acuarelistas. Un saludo y enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Pilar: Entre todos aprendemos unos de otros. ¡Es la magia de la acuarela! Un saludo.
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